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“Los niños muchas veces se comportan mal en los terrenos de juego, porque imitan a sus padres”

  • Foto del escritor: arnaucirac
    arnaucirac
  • 29 mar 2019
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 11 abr 2019



ARNAU CIRAC


Nos encontramos en un escenario un tanto especial. Sentados en la terraza de un bar, con un par de cervezas en la mesa y un plato con patatas fritas. Esta es la forma en la que se generan los mejores debates futbolísticos, si Modric debía ser el Balón de Oro o no, si Cristiano es mejor que Messi o viceversa y así con miles de cuestiones. Uno de los principales protagonistas en estas improvisadas tertulias, acostumbran a ser los colegiados. En estas charlas de sobremesa se les analiza minuciosamente y se les tilda en más de una ocasión de parciales. Por eso hoy estoy junto Adriano Gallego (1999), árbitro del Comité técnico de árbitros del Maresme, en el bar de la Universitat de Girona, donde él cursa el grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.


Desde nuestra mesa tenemos unas vistas privilegiadas del estadio del Girona, Montilivi. En un par de horas empezará el partido de futbol entre Cataluña y Venezuela, una fiesta para el deporte catalán. Hay un gran ambiente. Numerosas personas, antes del inicio de los 90 minutos, están alrededor del estadio, pese al frio que hace.


Un comentario por parte de un aficionado venezolano diciendo “a ver si el árbitro, que será catalán, no les pita ningún penalti a favor” hace enfurecer a Adriano, que entre tragos de cerveza y tras masticar una patata, suelta con una seguridad abrumadora “Los niños muchas veces se comportan mal en los campos simplemente porque imitan a sus padres”. Adriano ya lleva 4 temporadas ejerciendo de árbitro de futbol en categorías inferiores, empezó gracias a un compañero del equipo donde jugaba que le animó a entrar. No tardó en apuntarse al curso de acceso, pese a saber desde un inicio que no entraba a un trabajo nada común. En más de una ocasión ha tenido que aguantar diversos comentarios e insultos por parte de aficionados que se encuentran en la grada de los partidos de los niños. En algunas ocasiones son padres, pero otras veces gente que solo va a pasar el rato. Alguna vez esta situación ha llegado a ser tan insostenible que ha tenido que parar el partido para pedir al delegado local que calmara a estas personas e incluso hacerlos fuera del campo. Es una pena que esta situación no extrañe a nadie, que cuando se escuchan insultos hacia los árbitros en la grada, los mismos jugadores te digan “no les hagas caso, ya sabes que es normal que te insulten”.


Adriano Gallego árbitro del CTA del Maresme. Fuente: Propia.

Con pena y dejando el botellín de cerveza en la mesa cuenta que este acoso acaba provocando que la mayoría de gente se canse y lo deje, “de veinte chicos que entraron el mismo año que yo, solo quedamos 4. La gente no quiera ejercer esta bonita profesión. No es nada sencillo ser colegiado de futbol”. No solo por los comentarios que tienes que soportar partido tras partido y semana tras semana, sino que además exige una gran cantidad de estudio y de entrenamiento.


En ocasiones la situación ha llegado a ser tan insostenible para Adriano, que alguna vez ha tenido que echar aficionados del campo.

Mientras se frota rápidamente las manos para entrar en calor cuenta que “es mucho más sencillo llegar a ser futbolista de primera división que colegiado”, es una simple cuestión de números, en Primera División Española encontramos 20 equipos con plantillas de 22 jugadores cada una por lo menos, en cambio, solo hay 20 árbitros. La gente no es consciente del trabajo y sacrificio que se encuentra detrás de esta figura tan odiada en ocasiones. Todos y cada uno de los árbitros llevan en su espalda una mochila muy pesada, cargada de horas de estudio del reglamento, un libro de donde te pueden sacar las preguntas más rocambolescas e improbables del futbol, pero que tienes que saber. Dentro de esta mochila también hay muchas horas de entrenamiento, en múltiples ocasiones en soledad. Para subir de categoría no basta con hacerlo bien en el campo, es necesario hacerlo bien tanto en un papel con tu bolígrafo como en las pistas de atletismo. Por último, dentro de esta también encontramos todos los comentarios y adversidades que has ido encontrado en los terrenos de juego, estos te pueden afectar de dos maneras, o te debilitan y acaban por aniquilarte, o te construyen una piel muy gruesa, muchas veces a prueba de bombas. Ya dicen que los árbitros tenemos un nivel de madurez superior al habitual.


Adriano y el entrevistar antes de partir hacía Girona. Fuente: Propia.

Fijando la mirada en mi, empieza a contar los sacrificios que suponen el ejercer esta profesión. A la gente joven le gusta salir de fiesta, hay chicos de nuestra edad que no fallan ningún fin de semana a la discoteca, se lo pasan bien bailando, bebiendo alguna copa, viendo a sus amigos o amigas y conociendo a gente nueva. Con desgana y bajando un poco la mirada, cuenta que a lo mejor se está perdiendo una parte importante de su adolescencia en consecuencia de tener que arbitrar cada fin de semana. Su tono se ha vuelto un tanto dubitativo y tras unos segundos de un silencio un tanto incomodo, Adriano confiesa que en más de una ocasión él también ha pensado en dejar el arbitraje. La suma de los malos tratos, los múltiples sacrificios que se tienen que llevar a cabo y el no poder jugar a futbol ha hecho rondar por su cabeza en más de una ocasión el dejar este mundo. La amplia sonrisa que reinaba en su rostro durante todo este rato se ha desvanecido y ha dado paso a un rostro mucho más seco y desganado. Como arte de magia se empiezan a escuchar las pruebas de sonido de la megafonía del estadio, “1,2,3 provant” “Amb el número 1… Edgar Badia! Amb el número 3… Gerard Piqué!” este segundo nombre provoca el estallido de todos los aficionados sentados en esa terraza y en consecuencia que volviese a salir esa media sonrisilla tan característica de Adriano.

Tras este pequeño bajón, nos ilustra con las características que según él debe tener un buen árbitro. Tiene que ser una persona muy constante y con una fuerza mental envidiable. No quiere contar lo típico de que un buen árbitro debe ser alto, guapo y con buena técnica corporal. Lo más importante es la constancia que tengas, tanto de estudio como de entrenamiento. Además es un mundo donde tienes que aprovechar tu oportunidad. Tienes que estar atento para ver cuando es tu momento y cuando este llega, estar preparado.


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